La podopediatría es la rama de la podología que se encarga del diagnóstico y tratamiento de las patología de los pies de los niños.
Muchos padres me preguntan que a qué edad es conveniente llevar al niño al podólogo. Mi respuesta casi siempre es la misma: a partir de los 3-4 años de edad es conveniente una revisión podológica haya o no haya sintomatología o deformidades evidentes, a excepción de casos graves donde vemos grandes desviaciones en rodillas, en los pies o en la marcha. En este último caso si sería conveniente acudir antes de los 3-4 años.

El hecho de llevar a tu hijo a una revisión podológica no quiere decir que automáticamente se le vayan a poner plantillas ya que eso depende de si las necesita o no.
Pueden existir 3 escenarios posibles.
- 1- Que el niño si necesite plantillas porque las patologías que presentan no tienen buen pronóstico sin tratamiento con el tiempo.
- 2- Que el niño no necesite plantillas porque tiene un buen patrón biomecánico y alineaciones adecuadas a su edad y no requiera tratamiento nunca.
- 3- Que el paciente no presente buen patrón biomecánico ni buenas alineaciones pero puede que el paso del tiempo pueda mejorarlo debido a pequeñas modificaciones en los hábitos de vida, calzado, deporte, etc… En estos casos son necesarias revisiones semestrales o anuales para comprobar si la patología mejora con el tiempo, y en caso de no ser así, sí habría que aplicar tratamiento ortopodológico.
Además no todo son plantillas. Aveces sólo tenemos un problema de alineación de dedos («deditos montados») cuyo tratamiento no es con plantillas, sino con siliconas correctoras o esparadrapos. Otras veces el tratamiento es mediante ejercicios de potenciación específicos, deporte específico para esa patología, correcciones en los hábitos posturales al sentarse, modificación del patrón de marcha, estiramientos de músculos concretos, etc…


Las plantillas en los más pequeños tienen una ventaja con respecto a los adultos, y es que si conseguimos corregir la deformidad casi en su totalidad, pueden ser retiradas y el paciente no las necesite llevar más.
Por lo tanto lo ideal es revisar al niño al menos una vez en su vida sobre los 3-4 años. Las revisiones podológicas no están incluidas en los programas colegiales de la Aunta de Andalucía ni el ayuntamiento. Este tipo de revisiones son eminentemente privadas y se debe acudir a un centro o clínica del pie que lo realice.
Algunos podólogos en formación de forma gratuita acuden a colegios para hacer revisiones a los escolares y detectar patologías de forma temprana. Algo importante desde el punto de vista de la prevención, ya que muchas patologías podológicas pasan desapercibidas en las revisiones pediátricas de atención primaria y en la adolescencia o edad adulta pueden crear problemas.
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