Cuando hablamos de infecciones en el pie, éstas pueden estar causadas por virus, por hongos o por bacterias.
Las más frecuentes que todos conocemos son las causadas por los hongos. Éstas se contagian en lugares públicos donde el paciente se descalza, aunque debe existir cierta disponibilidad para contraer la infección.
Por otro lado también existen infecciones víricas como los temidos papilomas que muchos han padecido y su forma de contagio es similiar a los de los hongos, es decir, caminar descalzo en lugares públicos.
La entrada de hoy se centra en las infecciones bacterianas del pie. Son infecciones no tan conocidas y que a veces pasan desapercibidas por el ojo humano porque pueden no dar síntomas.
En el caso de estas últimas, se trata de la bacteria Corynebacterium Minutissimum que forma parte de la flora normal de la piel. Suele confundirse por su aspecto con infecciones de hongos.
Las causas más frecuentes para contraer la infección es la humedad, es decir, calzado que no transpire, hipersudoración, calor, higiene deficientes, etc…
La zona más frecuente de padecerla es en los pliegues interdigitales (entre los dedos) que es la zona donde más difícil que se seque y donde más húmedo siempre está el pie. También suelen ser más propensos a padecerlo las personas con diabetes.
Los síntomas son picor, fisuras o grietas en la piel, maceración y descamación. Pero es importante destacar que aveces no pica, y el paciente no sabe que la tiene.
Este tipo de infección se conoce como ERITRASMA.


Existe una forma sencilla de confirmar el diagnóstico sin tener que realizar un análisis microbiológico. La luz de Wood nos permite ver un color rosa coral cuando la piel está infectada.


El tratamiento de esta infección en primer lugar se basa en medidas higiénicas para controlar el exceso de humedad en el pie: calzado transpirable, calcetines de fibras naturales como el algodón, lavado exhaustivo entre los dedos y secado incluso con el secador de pelo si hace falta, usar calzado descubierto en verano, polvos antitranspirantes para pies, etc…
Por otro lado es necesario mandar tratamiento antibiótico tópico en primera instancia y combinado con antifúngicos tópicos si la infección es mixta, es decir, combinada con infección con hongos (que es frecuente).
En segunda instancia, si el tratamiento anterior fracasa, hay que mandar tratamiento antibiótico oral.
Ésta no es la única infección por bacterias que nos podemos encontrar en el pie, pero sí una muy frecuente en consulta y que pasa desapercibida. No por no dar síntomas ha de no tratarse, ya que puede extenderse y también provocar grietas dolorosas.
Acuda al podólogo si ve que padece estos síntomas, y evite el autotratamiento o el tratamiento que le recomiende el farmacéutico.
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